Desafíos persistentes para implementar redes en Perú
salud, que debe ser visto como una potente estrategia para enfrentar la doble carga de enfermedad en el país en un escenario de recursos e institucionalidad restringidos.
No solo se trata de producir más y mejores servicios de atención a la salud, sino también ser capaces de producir servicios de cuidado integral de salud tanto para las personas que activamente buscan atención, como para las personas y sus familias que necesitan que el Estado avance en cubrir garantías en materia de salubridad, educación, empleo, acceso a servicios sociales, entre otros.
El sistema de salud peruano se caracteriza por ser uno donde predomina el cuidado no coordinado ante una enfermedad. En un escenario de debilidad del primer nivel, es altamente dependiente de la capacidad de los hospitales para resolver problemas de salud, persisten las bajas coberturas de prestaciones sanitarias que resultan siendo protectoras de riesgos, especialmente en el primer contacto.
La Ley 30885 concibe que las funciones de las RIS son dos: i) Proveer servicios de salud integrales a la población de su ámbito, mediante intervenciones de salud individual y salud pública; y, ii) abordar de los determinantes sociales de la salud. Es decir, se trata de que las RIS cumplan con el modelo de cuidado integral de la salud por curso de vida. Ello supone transformar la dinámica predominante en la entrega de servicios de salud y apostar por el logro de tres objetivos del cuidado integral de la salud:
1) Mantener a la población (individuo y familia) sana y saludable;
2) Atender a las personas en caso de pérdida de salud física o mental (casos agudos, casos crónicos, discapacidad, condiciones con mortalidad evitable como el cáncer, embarazo parto y puerperio); y,
3) Estimular la intersectorialidad para el abordaje de las determinantes sociales.
Son objetivos del cuidado integral que podrían perseguirse de manera sistemática y gradual en las IPRESS que se organizan como redes integradas.
La implementación de las redes integradas de salud en el Perú se revela como un proceso de transformación altamente complejo del sistema de
Por lo tanto, cabe formular una pregunta: ¿qué tanta confianza habría en que nuestras instituciones de salud sean capaces de tener éxito en proteger a las personas desde el primer nivel de atención? ¿qué cambios corresponden impulsar para que los prestadores empiecen a coordinar la atención y ojalá el cuidado?
Sin confianza ciudadana, especialmente en sistemas con crisis de representatividad, con democracia tambaleante, poco se avanza en proteger a las personas[1]. En nuestro caso, estos se han convertido en los desafíos persistentes que afectan cualquier intento de implementación de las RIS. Cada vez de mayor gravedad.
[1] - Thomas J Bollyky, Olivia Angelino, Simon Wigley, Joseph Dieleman, 2022, Trust made the difference for democracies in COVID-19, The Lancet, disponible en: https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(22)01532-X/fulltext#section-7c530872-6235-4433-899c-b3f276970189

